sábado, 29 de marzo de 2014



¿PROTESTAS HISTÓRICAS O CIRCUNSTANCIALES?

“Asimilar el pasado es tanto como saberse parte de un proceso que viene de atrás, y proceder, en consecuencia, con el carácter y la fisonomía que ha surgido como determinante del grupo”. La cita corresponde a Mario Briceño Iragorri en su ensayo Mensaje sin Destino (1.950). Ese ensayo, en general, tiene una vigencia social y política en nuestro país sin precedentes. Y hoy más que en ningún momento de nuestra historia, cuando después de dos meses de protesta y más de treinta fallecidos, el desánimo y el cansancio pareciera hacer mella en nosotros.

Sobre las protestas iniciadas el pasado mes de febrero, hay que ser enfáticos: Es necesaria su continuidad y permanencia. Por la ascendente cifra de fallecidos, por las miles de detenciones, las violaciones de derechos humanos, la represión indiscriminada, y principalmente, porque nuestra lucha es noble, reivindicativa e histórica.

No obstante, para que las protestas devengan en un gran cambio social y político, debemos circunscribirlas en perspectiva histórica, y ello supone un gran reto para la sociedad venezolana y quienes hacemos vida en ella. Se trata de asimilarnos, hoy, en el 2.014, como parte de ese “proceso que viene de atrás”, al cual hace alusión la cita aludida en este artículo.    

En el orden de ideas antes expuesto, las protestas como parte una lucha histórica implica entonces un cambio sustancial en su práctica, destacando los siguientes aspectos:

1. Deben ser socialmente más inclusivas. No es la lucha de los estudiantes ni de la clase media, sino la de toda una sociedad por temas tangibles, cotidianos. Ello supone, una actitud ciudadana que se deslastre definitivamente de “maburro”, “vete ya”, o “el que no estudie será chofer”, por ejemplo. Las protestas, a partir de ahora,  deben tener un contenido basado en las carencias cotidianas de nosotros, y además, acompañado con un mensaje que permee en todos los sectores sociales.

2. Sobre la forma de las protestas. No pueden reducirse a las barricadas. La inseguridad, la inflación, el aumento de los alimentos, la corrupción, ofrecen un nicho invaluable sobre el cual debemos ejercer formas creativas de protestas. Las busetas, el metro, las colas de los mercados, son en esos espacios en la que las protestas pueden ejercer un gran impacto social. Y siempre teniendo como norte que toda protesta debe ser inclusiva, que inviten a la reflexión, la crítica, que sean expresión de nuestras carencias cotidianas.

3. Sobre el rol de los partidos políticos. Hoy más que nunca reivindicamos su rol histórico, pero ello implica que ellos entienda sus circunstancias. Es inadmisible que hoy tengamos partidos para hacer convocatorias en la avenida Francisco de Miranda y declaraciones tibias en la prensa. Ahí no está el país social al cual queremos involucrar. Venezuela se encuentra en el barrio, en las busetas, en el metro, en las colas de los supermercados; y es ahí en donde debe dirigirse la acción política de nuestros partidos políticos.

Nuestra lucha es histórica o circunstancial.

Dependerá de cómo la asumamos.

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