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martes, 22 de septiembre de 2015


OPINIÓN PÚBLICA Y DEMOCRATIZACIÓN

Convengamos en dos cosas: La primera, atravesamos un proceso de democratización; segundo, este proceso de democratización está caracterizado, al menos, por la necesidad de unas instituciones del Estado y unas reglas de juegos más plurales.
Si la democracia como sistema político es un término tan difícil de definir (bien sea por su carácter universal y circunstancial; o bien por lo permanente y relativo de su noción), entonces, la democratización como instrumento para alcanzar una sociedad “democrática”, también adolece de las múltiples dificultades para su precisión y alcance.
Fuente: http://www.definicionabc.com/wp-content/uploads/Opini%C3%B3n-300x199.jpg


Como proceso, la democratización no tiene un final determinado y previsible, ni t
ampoco hay forma de saber cuánto tiempo dura. Por ejemplo, Venezuela: Para celebrar elecciones libres en 1958, previamente transitamos por dos gobiernos militares (López y Medina), una Junta Cívico Militar (Betancourt 1945-1948), un gobierno electo por sufragio universal (Gallegos, 1948), y un dictadura militar (Pérez Jiménez, 1948). Se suponía que aquel sistema que nacía en 1958 debía hacer instituciones plurales y fuertes, sin embargo, hoy estamos en el 2015 transitando por un nuevo proceso de democratización.
Como todo proceso de democratización, son muchos los actores involucrados: partidos políticos, gobierno, iglesia, sindicatos, medios… Y la opinión pública. Sus opiniones contribuyen, de una manera u otra, a elaborar consensos y acuerdos generales sobre lo que la democracia es; su esencia. Frente a la apropiación arbitraria de ciertos términos políticos, suele ser la opinión pública ese tribunal en el que esos conceptos son debatidos, aceptados y rechazados.
La crisis política que atravesamos no tiene precedentes. Además de estar en presencia de un gobierno abiertamente arbitrario, también ha sido capaz de adueñarse de conceptos esenciales sobre lo que la democracia es para el venezolano. La participación, la seguridad social, la política, las instituciones, el socialismo, el capitalismo, petróleo, participación protagónica, son nociones que el chavismo logró posicionar en el ideario colectivo. Y tuvo aceptación.
Si los sondeos son favorables, el 6 de diciembre habrá un voto castigo que producirá una Asamblea Nacional más plural. Pero eso no significa que habremos votado por una visión debatida y consensuada de democracia. El voto castigo será la expresión ciudadana de que esto no es la democracia que quiere Venezuela. Apenas será el inicio de un amplio debate sobre una visión distinta de democracia.
Hoy, cuando Venezuela clama por instituciones más plurales, corresponde a la opinión pública aportar los conocimientos, consideraciones, proyectos, para que este proceso de democratización sea lo más exitoso posible.

lunes, 31 de agosto de 2015

PALABRAS OLVIDADAS…

… por la oposición

Proyecto político. La MUD se constituyó en el 2009, y en su seno hay técnicos y profesionales que asesoran a esa coalición de partidos sobre temas económicos, sociales y políticos. Seis años después, es inaceptable que hoy no haya una visión, un proyecto que venderle a Venezuela.

Coherencia. Sin visión de país compartida, unánime, el resultado es una pluralidad de partidos con intereses disímiles entre unos y otros; sin proyecto qué vender, cada partido dice cosas, escupen ideas; es como si les diera pavor hablar de propiedad privada, descentralización, la inversión de renta petrolera, generación de empleo, crecimiento económico.

Credibilidad. La anti-política no surge en la opinión pública, sino que emerge cuando los partidos se alejan de la cuestión social, de los problemas que aquejan al ciudadano. No puede ser creíble quien promete a sus electores ser el diputado más comprometido, y luego abandona su puesto para querer ser Alcalde o Gobernador.

…por el gobierno

Transparencia. En este país nadie sabe cómo se invierte los ingresos de la renta petrolera, ni tampoco hay responsables por las empresas fantasmas que siguen desangrando al país. Son ciento veinticinco mil millones de bolívares esfumados del erario público, y a la fecha no hay rendición de cuentas, investigación. Nada.

Respeto. La forma de cómo el gobierno politizó el crimen Liana Hergueta; vestir de naranja a los “bachaqueros” por la escasez de productos; deportar a extranjeros de forma humillante; son hechos miserables de funcionarios públicos que buscan sacar provecho político de acontecimientos tan tristes.

Separación de Poderes. El Poder Ejecutivo legisla y es juez. Todos los poderes en una misma persona. El caso de la jueza Afuini, o las declaraciones del Defensor del Pueblo justificando las violaciones de Derechos Humanos, son demostraciones fehacientes de cómo actúa un Poder Ejecutivo sin contrapesos.

Institucionalidad. Dijo el ex ministro de educación, Héctor Rodríguez “No es que vamos a sacar a la gente de la pobreza para llevarla a la clase media, para que después aspiren a ser escuálidos" (
http://www.el-nacional.com/politica/Hector-Rodriguez_0_362363877.html) Así son nuestras instituciones: politiqueras, al servicio del partido de gobierno, corruptas.
… por nosotros

Ciudadanía. Olvidamos que por el sólo hecho de ser venezolanos, tenemos derechos consagrados por la Constitución, mucho de ellos inherentes a la dignidad humana. Tenemos derecho a protestar, a exigir cuentas, a la propiedad privada, denunciar el abuso de poder. Aunque no parezca, la Constitución dice que tenemos derechos...

Solidaridad. Necesitamos ser más solidarios; más allá de la palmada en la espalda o la camaradería. Tantas vejaciones y arbitrariedades las hemos permitido porque no las asumimos como propias, simplemente volteamos la mirada. Y cuando abusaron de nosotros, nadie hizo algo. No acompañamos la lucha del otro porque más fácil es el soborno, el regateo, el “yo te doy tanto”...la corrupción no molesta, lo que molesta es que no nos salpique.

Esperanza. Aunque sea la palabra más olvidada y difícil de explicar, pues, recuerda que eres venezolano y tienes derechos; que mientras estés acá lucha, mantén la esperanza.

sábado, 4 de julio de 2015

POLÍTICA CON P DE P...

El hartazgo es tan palpable, que ya no importa quién habla o qué se propone. Hay que salir de ese personaje como sea. Actualmente no sirven las visiones de Estado, los proyectos de país o las propuestas coherentes; es irrelevante si quien habla representa a su región; o es alguien con credibilidad: no importa.  El nivel de obstinación por tantos padecimientos es tal, que eso que llaman Política ha dejado de tener significado; nadie sabe qué es.

No nos interesa saber quién es buen político, su trayectoria, pensamiento y preparación; si es coherente, o si su discurso es racional. Y no es que nuestra clase política son extranjeros que vejaron a esta sociedad casta y pura, no: ellos son expresión de una sociedad que padece las consecuencias del desmembramiento institucional y la corrupción. Como nosotros, ellos son venezolanos.

Es la política con p de p...

Y así se presentan las contradicciones: Buscamos un proyecto político pero somos incapaces de cuestionar a tal o cual dirigente; abogamos por la racionalidad, pero al mismo tiempo exigimos la hoguera para el chavismo en pleno; queremos unión, pero catalogamos de colaboracionista a quien  apueste al entendimiento, el diálogo y sugiera acuerdos de gobernabilidad; no nos molesta que hayan robado, sino que robaron demasiado.

Hubo algún dejo de racionalidad cuando el aragueño o el anzoatiguense escogieron a Tarek o Aristóbulo como Gobernadores, aun sabiendo que se trataba de dirigentes jamás vinculados a esas regiones?: Por supuesto que no; simplemente eran los bendecidos del Comandante en Jefe. “Los dedos de Chávez, son los dedos del pueblo”, dijo Jackeline Farías, otra de las bendecidas por irracionalidad política del chavismo.  
http://www.eleccionesvenezuela.com/imagenes

Entonces, si la premisa de quienes se ubican en el otro lado de la acera es salir de Maduro como sea: Qué importancia tiene que el tachirense ahora  tenga que votar por alguien que pisa por primera vez su región; o que el mismo que ha sido candidato a Gobernador y Alcalde, pues ahora sea candidato parlamentario? El tema de los proyectos de país, las visiones académicas en torno al desarrollo, todo eso vendrá después: la prioridad es salir de Maduro.

Ya no es política, sino la política manoseada; es el dirigente reduciendo el arte de los acuerdos y el ejercicio del poder a su más burda expresión electorera; es la prostitución del dirigente cada vez que se avecina el calendario electoral. Somos nosotros, esperando la oportunidad para votar por los menos malos. Es la política con de p...

martes, 16 de junio de 2015

¿DESCENTRALIZACIÓN?
El pasado 3 de junio, en Gaceta Oficial número 6.184 Extraordinario se publicaron las reformas parciales de la Ley de los Consejos Locales de Planificación Pública y la Ley de los Consejos Estadales de Planificación y Coordinación de Políticas Públicas (CEPCPP).
En cuanto a la Ley de los Consejos Locales de Planificación Pública (CLPP), las modificaciones residieron en las funciones de los CLPP (artículo 6); la elección de sus miembros (artículo 7); y la responsabilidad del Alcalde por la no instalación del CLPP (artículos 29 y 30).
Por su parte, las modificaciones en la Ley de los Consejos Estadales de Planificación y Coordinación de Políticas Públicas sucedieron por lo que respecta a los integrantes del CEPCPP (artículo 8); sus competencias (artículo 10); y se agregan dos nuevos artículos referidos a la Sala Técnica como parte integrante del CEPCPP (artículos 16 y 17).
https://fundesmu.files.wordpress.com/2012/10/art-descentra.png
De acuerdo con la Constitución venezolana el Consejo Federal de Gobierno, los Consejos Estadales de Planificación y Coordinación de Políticas Públicas, y los Consejos Locales de Planificación de Políticas Públicas, son instancias para el diseño, coordinación, planificación y ejecución de políticas públicas en distintos niveles de gobierno. Además, cada una de estas instancias  se presentan como instrumentos que buscan, por un lado, una mayor participación del ciudadano en los asuntos públicos; y por el otro, promover y desarrollar la descentralización de competencias desde el Poder Nacional hacia los Estados y Municipios.
Ahora, a partir de la reforma parcial en la Ley de los Consejos Locales de Planificación de Políticas Públicas y en la Ley de los Consejos Estadales de Planificación y Coordinación de Políticas Públicas, es importante hacerse la siguiente pregunta: El Consejo Federal de Gobierno, los Consejos Estadales de Planificación y Coordinación de Políticas Públicas, y los Consejos Locales de Planificación de Políticas Públicas ¿Han contribuido con la descentralización en Venezuela? ¿De qué manera esas instancias involucran al ciudadano en los asuntos públicos?
Basta una simple lectura de la Ley Orgánica del Consejo Federal de Gobierno, la Ley de Reforma Parcial de los Consejos Locales de Planificación Públicas y la Ley de Reforma Parcial de los Consejos Estadales de Planificación y Coordinación de Políticas Públicas, para darse cuenta que: a) Ninguna de esas instancias  han contribuido con la descentralización en Venezuela; b) su organización interna favorece al centralismo; y c) Son estructuras altamente excluyentes, entre otras razones, porque la participación del ciudadano en estas instancias  sucede en la medida que éste comparte “valores socialistas”, de manera que, por argumento en contrario, quien no comparta estos valores, pues sencillamente no podrá insertarse en estas estructuras.
La intención del legislador es clara: La descentralización debe ser una política nacional, y atendiendo a ese espíritu, fueron concebidas las instancias del Consejo Federal Gobierno, los Consejos Locales de Planificación de Políticas Públicas y los Consejos Estadales de Planificación Coordinación de Políticas Públicas. Actualmente, esas instancias son estructuras que favorecen al centralismo en detrimentos de nuestros gobiernos  regionales y locales.

lunes, 25 de mayo de 2015

UNIDAD MONOLÍTICA

Ya son 7 años en Miraflores. La Revolución de Octubre de aquél lejano 1945 se concretaba a través de El Nuevo Ideal Nacional. Había desarrollo económico y grandes obras construidas: la autopista Caracas-La Guaira, la avenida Bolívar, la Ciudad Universitaria, el Círculo Militar y el Hotel Humboldt son algunas de las bondades materiales de las que se ufana el militar andino. No había escollos ni civiles con ideas comunistas que impidieran el progreso. Todos estaban contentos: las Fuerzas Armadas, las trasnacionales petroleras, una clase media floreciente.

El agrado hacia la dictadura criolla trasciende las fronteras, al punto que el regordete personaje fue condecorado por el gobierno francés con la Gran Cruz de la Legión de Honor, y el gobierno estadounidense le impone la Legión del Mérito. Eso de la doctrina Betancourt, la democracia, la libertad de prensa, las torturas, los derechos humanos, toda esa verborrea académica e idealista ha quedado atrás.

http://www.iconosdevenezuela.com
La unidad existente entre el gobierno y las Fuerzas Armadas era monolítica, y la disidencia no representaba un riesgo latente. En el exterior fallecieron figuras prominentes como Valmore Rodríguez y Andrés Eloy Blanco.

Confiado, pues, en su obra de cemento y su férreo control sobre las Fuerzas Armadas, se somete a una consulta plebiscitaria. Las elecciones suceden el 4 de noviembre. Un gobierno tan compacto y eficiente no debería tener inconvenientes con esa formalidad. Así fue: no importó si el color de la papeleta era azul o roja, la victoria del progreso y el desarrollo estaba garantizada. Y así ocurrió.

Los hechos se precipitaron rápidamente. En diciembre, un mes y un poco más después de esa victoria incuestionable, el Arzobispo de Caracas critica fuertemente al gobierno; en enero del año siguiente se observan aviones volando sobre Miraflores; se alza Maracay, luego una huelga general, y para finales de ese mes, simplemente aquel sujeto confiado en su obra de gobierno, huía del país.

Dime de qué presumes...

Casi inmediatamente a lo señalado por el periódico Wall Street Journal, la mayoría de los órganos del Poder Público manifestaron su apoyo unánime a Diosdado Cabello. En ese mismo sentido, las Fuerzas Armadas también han jurado lealtad absoluta a este gobierno. La soberbia del poder los hace parecer invencibles, eternos.

La unidad monolítica que pregona el gobierno con los Poderes Públicos es una farsa, hay mucho descontento social y la comunidad internacional está muy pendiente de lo que sucede en Venezuela.
Los mismos verde oliva que cometen atrocidades y que hoy juran lealtad a un régimen abiertamente antidemocrático, son los mismos que huirán de madrugada o negociarán sus años de encarcelamiento.

lunes, 18 de mayo de 2015


EN DEFENSA DE LA DEMOCRACIA
Hace días leí un artículo en internet (http://lavenezuelainmortal.com.ve) que conmemoraba el natalicio del ex dictador venezolano Marcos Pérez Jiménez. El autor de ese artículo resaltó los méritos militares de Pérez Jiménez, su irrupción en el año 1945, los motivos que lo llevaron a dar el golpe de Estado en 1948, y la gran cantidad de obras inauguró durante su gobierno. Con intención o no, el autor de ese reportaje escribió una oda del ex militar andino; supongo que las desapariciones, torturas, represión y ajusticiamientos de los que fue responsable Pérez Jiménez no forman parte del homenaje a su natalicio.  
Pero lo más asombroso no fue el artículo propiamente, sino los comentarios que se derivaron de él: cerca de 200 o 300 comentarios, y todos ellos coincidían en resaltar a Pérez Jiménez no un como dictador, sino como el responsable de la modernización en Venezuela, sin hacer mayor consideración sobre su política de torturas y represión a la disidencia, por ejemplo. Sólo pude leer dos o tres comentarios en contra de Pérez Jiménez, los cuales eran refutados por los mismos foristas con el argumento de “los cuarenta años de democracia también reprimieron y mataron”.
Fuente: http://www.elquintopoder.cl/wp-content/uploads/2013/07/democracia.jpg
No hubo democracia, ni libre pensamiento de las ideas, ni universidades, ni desarrollo científico, ni obras de infraestructura; no hubo movilidad social, ni desarrollo económico, ni viviendas construidas. La democracia venezolana, cuando existió, fue eso: la nada, lo malo.
Los párrafos anteriores resultan bastante ilustrativos a los efectos resaltar la influencia de la democracia –con todas sus imperfecciones- en nuestra idiosincrasia. Necesitamos volver recordar que cuando tuvimos democracia, por muy breve que haya sido, logramos importantes avances económicos y sociales, y nuestras instituciones públicas funcionaron correctamente. No todo fue malo.
Hubo mucho progreso cuando hicimos las cosas bien.
Son muchas las causas, pero en algún momento fallamos. No fallaron los partidos, fallamos todos como sociedad.
Y hoy estamos urgidos de democracia, clamamos por ella.
Estamos urgentes de democracia porque nuestra idiosincrasia trae en sus espaldas la herencia histórica del populismo, la corrupción administrativa y la debilidad de nuestras instituciones, y mientras el tiempo transcurre, cada vez se hace más remoto los días en que el desarrollo económico y social en Venezuela estuvo cimentado en el respeto a las libertades individuales; y por el contrario, cada vez se hace más presente en nosotros el convencimiento de no poder lograr cambios pacíficos y civilizados, o la necesidad de un golpe militar que acabe con esto.
Al autor de ese artículo le puedo afirmar que el gobierno de Marco Pérez Jiménez fue mucho más allá de sus obras de infraestructura. Hubo mucho concreto, sí, pero no era una sociedad libre. Y no hay nada atrasado que una sociedad reprimida y sin libertad.  Como la nuestra.

miércoles, 6 de mayo de 2015

1.899.910 VENEZOLANOS
Meses atrás me encontré con un amigo para tomarnos unos tragos. Teníamos casi un año sin vernos. El verdadero motivo del encuentro era para despedirse: me comentaba que la intención era estudiar en Europa y quedarse allá mientras la situación en Venezuela mejora. Por esos días, era noticia la muerte de un adolescente por parte de un Policía Nacional que contaba con 24 o 25 años. Días más tarde, los medios de comunicación reseñaban el hallazgo de dos jóvenes maniatados en Catia, vistos por última vez en Altamira.
Según información aportada por El Universal, 1.899.910 es la cantidad de venezolanos menores de 25 años que no se encuentran inscritos en el Registro Electoral (http://www.eluniversal.com/nacional-y-politica/150428/1899910-menores-de-25-anos-sin-inscribirse-en-re). Esta cifra se inserta en un país sumamente desesperanzador para los más jóvenes.
De acuerdo con la organización no gubernamental COFAVIC, de la totalidad de venezolanos fallecidos por causas violentas en el 2014, 68% son jóvenes  menores de 25 años, es decir: 17.000 venezolanos. Al panorama de inseguridad se suma el desempleo juvenil, el cual, de acuerdo con Instituto Nacional de Estadísticas representa el 30% de la población total inactiva  de Venezuela, es decir,  2.476.233 venezolanos.
 http://notifalcon.com/v2/wp-content/uploads/2013/06/juventud.jpg
Es cada vez mayor la cifra de jóvenes venezolanos que no logran satisfacer  aspiraciones lógicas como ir a la universidad, obtener un buen empleo o comprarse un carro. Son venezolanos que crecen en medio de la demagogia política y sin noción alguna del valor de la democracia; jóvenes venezolanos  ya casi sin futuro, cada vez con menos aspiraciones.
Jóvenes y elecciones
Pero volvamos a ese número: 1.899.910 venezolanos.
Es inevitable que en medio de esta crisis social y económica no estemos angustiados por nuestro futuro. Incluso, ha dejado de ser relevante si  quien se va o se queda es más o menos valiente. El reto es otro.
Por un lado, quienes ejercen el liderazgo político en la oposición deben analizar a la juventud venezolana para ofrecerle un  proyecto social y político más allá de lo electoral. La oposición no puede controlar que los jóvenes tomen la legítima decisión de irse o quedarse, en cambio, sí pueden  brindar un liderazgo renovado y creíble que nos devuelva la esperanza; un discurso empoderador sobre la importancia del voto y su defensa; o propuestas en materia de empleo juvenil, por ejemplo. Los jóvenes no esperamos que los voceros de la oposición tengan 23 años, pero tampoco genera confianza la imagen de quien se postula a Gobernador, Alcalde y Diputado una y otra vez.
Por el otro lado, nosotros, los jóvenes, aun cuando no todos nacimos para  involucrarnos en lo público, Venezuela nos ha hecho entender que para tener  el futuro que aspiramos, debemos asumir y preocuparnos por lo público. Vendrán tiempos muy duros y las elecciones parlamentarias no es  responsabilidad exclusiva de la oposición partidista. En la MUD existen jóvenes que han reivindicado el valor de la política más allá de la adversidad que atravesamos como generación, y eso también es admirable. En fin, no nos  creamos exentos de responsabilidades por no militar en un partido político.

1.899.910 venezolanos: Por nosotros y  nuestro país hagamos que esa cifra no exista  para finales de año.

domingo, 26 de abril de 2015

¿Y LAS CONDICIONES ELECTORALES JUSTAS?

Sabíamos que iba a pasar. En un año electoral, un país tan convulsionado y un gobierno impopular, lo que debe sorprendernos son unas elecciones justas. De manera que la modificación de los circuitos electorales para beneficiar al partido de gobierno son unas de las tantas arbitrariedades que ocurrirán hasta el día de las elecciones parlamentarias. Y te diré más: También sucederán arbitrariedades durante el acto electoral y después de su culminación.

Guarimbas financiadas por el gobierno, detenciones a dirigentes políticos, saqueos programados, más guerras económicas, aumento de la escasez y la inflación, hastío generalizado. Eso es lo que viene.

Ahora, el problema no es lo que vendrá, sino precisar cómo la oposición asumirá unas condiciones electorales adversas y abiertamente favorables al gobierno. Ese es el meollo del asunto. Imaginemos que el día de las elecciones gana la oposición, y sin embargo, el gobierno desconoce los resultados de forma grosera (cuestión que tampoco debería sorprendernos). ¿Qué haremos? ¿Cómo elaboramos un discurso popular no sólo para solidarizarse con el ciudadano, sino también para  exigir condiciones electorales justas?
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Querer asimilar la crisis venezolana a través de la vía electoral es un gran riesgo. No hay duda que el voto es el camino menos traumático para dirimir los conflictos sociales y políticos que padecemos actualmente, es verdad. Ahora, mientras más se recrudece el desabastecimiento y el costo de los productos básicos aumenta desproporcionadamente, la conflictividad social irá en aumento, lo cual pudiera generar consecuencias impredecibles.

Voto y crisis.
Para el momento en que las elecciones parlamentarias se realicen, Venezuela tendrá una inflación cercana al 100% y muy probablemente escasearán 8 de cada 10 productos básicos que necesitamos. Repito el escenario: Ante esa Venezuela a punto de estallar, cansada, imaginemos que el día de las elecciones gana la oposición, y sin embargo, el gobierno desconoce los resultados de forma grosera. ¿Cuál será el discurso? ¿Qué nos esperemos al revocatorio del 2016?

Tiene que haber algo más.

La necesidad de un discurso que además de conectar con el ciudadano, también le garantice que cada voto cuenta y será defendido ante las más adversas de las circunstancias, no puede ser interpretado por la oposición como una pequeñez. No se trata de matarnos en las calles, sino ser capaces de hacer respetar el cambio democrático que exigimos.  

Venezuela atraviesa un proceso histórico complejo. Y hoy, no sabemos si somos la historia de una sociedad dominada para satisfacer de sus necesidades más básicas, o el ejemplo de un pueblo que luchó por su libertad y la obtuvo…porque la defendió.

lunes, 20 de abril de 2015

POLÍTICA Y CREDIBILIDAD. 

Convengamos en algo: el ejercicio de la política tiene como fin último la consecución del bien común, o al menos, materializar ciertos valores superiores  importantes para la sociedad. Alcanzar estos cometidos, en esencia, se logra a través del Estado y sus manifestaciones organizativas, es decir: el Poder Público.

Ahora, el ejercicio de la política (en su sentido más amplio), ese interés por alcanzar el bien común, requiere, además, de credibilidad. El ciudadano para creer en el político que se postula a un cargo de elección popular, debe percibir que éste es, digamos, coherente, solidario, consecuente. Lo mismo sucede con las instituciones del Estado: Su credibilidad depende del cumplimiento de sus funciones.  

Y en el fondo eso es lo que sucede en Venezuela: existe una gran crisis de credibilidad en el ejercicio de la política, ya sea por parte las instituciones del Estado y sus representantes, o bien por quienes dicen ser políticos. Los venezolanos, no creemos en aquellos que idealmente están llamados a contribuir con el bien común. 

Fuente: http://cdn.eluniversal.com/2015/01/23/unidad-mud23enero.520.360.jpg
No creemos en el Poder Judicial porque no juzga; no hay credibilidad en el Poder Legislativo porque no legisla; no creemos en el Ejecutivo porque no gobierna; y no hay credibilidad en los partidos políticos porque, entre otras razones, han sido incapaces de generar un discurso que conecte con nuestros problemas.  

Oposición y credibilidad.

Y la poca credibilidad que tiene la política en Venezuela, también salpica a la oposición venezolana. Es cierto, los partidos políticos de oposición han sido abiertamente censurados y satanizados por la mayoría de los medios de comunicación social que hay en nuestro país, pero aun así, hay otros factores que impiden que los partidos de la oposición se erijan como una opción real de gobierno.

Las disputas internas, la variedad de discursos que existe en la MUD, la ausencia de un programa de gobierno en materia política, social, y económica como propuesta a esta crisis, y la actitud oportunista de algunos dirigentes en querer postularse y acceder a cargos de elección popular, son elementos que contribuyen a la poca credibilidad de la oposición venezolana.

En este marco generalizado de poca credibilidad se insertan las elecciones parlamentarias. Sin instituciones ni liderazgo político creíble ¿En quién debemos creer? ¿Cómo se habla del voto como instrumento de cambio, si quienes están llamados a promoverlos no son creíbles, no generan confianza?

¿Cómo se le dice al chamo de 26 años que vive en Caracas, que vote por quienes fueron parte del mismo sistema político que parió a Chávez?

¿Qué tan creíble es el liderazgo de quien se empeña en postularse a Alcalde, Gobernador, y a Diputado una y otra vez?

Si la oposición dice abogar por el bien común de los venezolanos, quizá debería empezar por ser más creíble.

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