jueves, 21 de marzo de 2013

EL DISCURSO POLÍTICO DE NUESTRA HISTORIA CIVIL


 El planteamiento de un discurso político sustentado en nuestra historia civil, pudiera darnos luces  de cómo abordar y salir de la crisis política que atravesamos actualmente.

Nuestra historia ha tenido un profundo arraigo en lo militar y lo heroico, sustentado en una historiografía que a lo largo del siglo xix y buena parte del xx, se encargó en la idealización y exaltación de la Venezuela independentista y sus héroes militares, cuya figura más importante, obviamente, es El Libertador, Simón Bolívar.

 En este contexto, nuestra clase política no ha sido  ajena a esta visión de la historia, y el discurso político venezolano, por un lado, ha girado en torno al pensamiento de Bolívar; y por el otro, nuestros dirigentes han buscado la manera de emular al liderazgo mesiánico de nuestros caudillos militares y próceres independentistas…y nosotros, como sociedad, lo hemos aceptado y asumido como parte de nuestra cultura política. Antes y ahora.

Andrés Bello.
Y Justamente, hoy más que nunca, el pensamiento de Bolívar ha servido de justificación para un gobierno corrupto y  abiertamente opuesto a la alternabilidad en el poder (irónicamente, nada más contrario al pensamiento de Bolívar).

Sin embargo, recordemos que también somos la historia de importantes hombres civiles, que sin alzamientos, proezas militares, ni caudillismo, le han dado  a Venezuela numerosos logros. El siglo xix no solamente fue la época de Bolívar y Miranda; también fue la época de Andrés Bello, Simón Rodríguez, José María Vargas, Tomás Lander, Juan German Roscio, Fermin Toro, Cecilio Acosta, y en nuestro siglo xx vivieron venezolanos como Mario Briceño Iragorri, Mariano Picón Salas, Caracciolo Parra Pérez, Rómulo Betancourt.

En tal sentido, plantear el discurso político venezolano sobre la base de nuestra historia civil, implica además, una nueva forma de hacer política: Se nos presenta como un discurso inclusivo y de reconocimiento al aporte realizado por numerosos venezolanos desde su ámbito de desarrollo; que  apela a  la supremacía de las instituciones y el respeto de la ley, en contraposición al culto de la personalidad y al caudillismo; aboga por la obtención del poder político en forma democrática, frente al alzamiento militar y el derramamiento de sangre; y reconoce que la labor de nuestros ciudadanos ocupa un tiempo y espacio determinado,  frente al perenne intento que tenemos de querer vivir  de lo militar y lo grandioso.

Nuestra historia civil, es la historia de logros educativos, culturales, económicos, científicos, en  ingeniería, arquitectura; es una historia amplia, que también alimenta nuestra identidad como venezolanos, forma parte de nuestras raíces,  y como parte de nuestra venezolanidad, debemos hurgar en sus aportes para afrontar la crisis que vivimos actualmente.


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